Vivir sola tiene sus ventajas, no tengo con quien quejarme, para poder hacerlo tendría que escribirlo en un mail, un mensaje o marcar por teléfono, así que me cuesta más trabajo quejarme.
Amanecí y hubo algo que me hizo enojar; sí encontré razones para quejarme, pero no no me puedo quejar.
Y no me queje. Hoy, yo no me queje. Pero tú, tú te quejas demasiado.
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